Según la OMS, desde 1980, la obesidad se ha duplicado en todo el mundo.
En el 2008, 1400 millones de adultos (de 20 y más años) tenían sobrepeso. En ese mismo año, el 35% de las personas adultas mayores de 20 años tenían sobrepeso, y el 11% eran obesas. Sin embargo es alarmante que ya para el 2014, el índice de obesidad y sobrepeso en el mundo se aproxima al 50%.
El 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas que la desnutrición.
Es muy triste ver que en el 2012, más de 40 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso. Esto nos hace ver cómo el estilo de vida no saludable se está pasando de generación en generación, a una edad cada vez más temprana.
Estados Unidos y México son países líderes en obesidad, con porcentajes de 36 y 31 % respectivamente. En Costa Rica, el porcentaje de población que padece de obesidad es de 23; si contamos los casos de sobrepeso más obesidad, el número se eleva a 70%.
Curiosamente, el índice de obesidad en Francia, y en la mayoría de los países europeos, no llega al 15% y tienen las tasas más bajas de Europa. ¿Cómo logran esto los franceses, a pesar del pan baguette, los “croissants”, el vino y los quesos?
Aquí expongo 9 razones que pueden influir de manera positiva en mantener un peso adecuado y que a la larga podríamos “copiar”:
- En la vida cotidiana, no acompañan sus comidas con refrescos, sino con agua; los “frescos” están cargados de azúcar, esto sin contar la que ya de por sí tienen las frutas; la mayoría de las gaseosas tienen mucha cantidad de azúcar; las bebidas “light” tienen edulcorantes artificiales que pueden llegar a ser armas de doble filo pues dejan al cuerpo con “ganas de algo dulce”.
- El almuerzo es la comida más abundante del día. Esto es importante, porque es a medio día que nuestro sistema digestivo tiene mayor capacidad de metabolizar los alimentos, haciendo la digestión más eficiente. El desayuno y la cena deben ser más livianos, para que el proceso de seleccionar lo que nos nutre y desechar lo que no nos sirve, sea realmente eficaz.
- La comida rápida y la comida chatarra no está tan popularizada como en América; este tipo de comida es muy popular en niños y ha contribuido al gran aumento en la obesidad infantil que se está viendo en nuestros países.
- Las porciones son moderadas; para los franceses, saborear la comida es muy importante, prefiriendo calidad antes de cantidad. La cocina como arte tiene gran parte de su origen en Francia. Es cultural el hecho de comer porciones que satisfagan nuestros sentidos, en lugar de porciones que nos “repleten” el estómago.
- El uso de mayonesa, ketchup, mostaza y aderezos no es popular, prefiriendo usar el aceite de oliva para aderezar las ensaladas y realzar el sabor de las comidas.
- Toman su tiempo para comer: en las sociedades “americanizadas” cada vez es más frecuente comer algo rápido, usualmente mientras nos desplazamos de un lugar a otro o mientras terminamos algún trabajo. El hecho de sentarse a comer, hacerlo en un ambiente tranquilo y tomarse unos minutos de tiempo al finalizar (antes de volver a correr) mejora la digestión y permite un metabolismo adecuado.
- Caminan más: los sistemas de transporte público tan eficientes hacen que los europeos en general los utilicen mucho, y como consecuencia, desplazarse caminando de un lugar a otro es parte del día a día.
- Sin embargo, en los últimos 10 años, la obesidad se duplicó en Francia pasando de un 7 % a un casi 15%. ¿Será que los franceses también están perdiendo los orígenes de su cultura y están adoptando el estilo de vida de Estados Unidos, en donde la mayoría se desplaza en carro, hay un McDonald’s en cada esquina y cada vez menos gente come en casa?
- Para nadie es un secreto que la comida rápida, cargada de grasa saturada y sal, ha sido y sigue siendo un factor clave en el aumento de la obesidad mundial.