¿Por qué nos da miedo?
Cuando nuestras circunstancias externas cambian (sea una quiebra o dificultad financiera, una separación o divorcio, la enfermedad o muerte de un ser querido, un diagnóstico, una pandemia...), nos llenamos de angustia, miedo o estrés.
¿Por qué sucede esto?
¿Es realmente la circunstancia la que nos asusta? Definitivamente no. Externamente nos asusta la incertidumbre, el no saber qué va a pasar. Internamente lo que nos da temor es todo lo que pensamos que podría sucedernos ante una nueva situación: toda emoción, tanto negativa como positiva, deriva de uno o varios pensamientos. Es la interpretación que le damos a los hechos, lo que nos asusta y hasta enferma.
¡El verdadero culpable del miedo y del estrés es nuestro diálogo interior!
Debemos tomar consciencia y preguntarnos...
- ¿Qué estoy pensando con toda esta situación de crisis?
- ¿Qué historias estoy inventando o recordando en mi cabeza?
- ¿Qué escenarios trágicos está mi mente creando?
Definitivamente nos hemos acostumbrado a que nuestro bienestar está enfocado en las cosas externas a nosotros, las cosas del mundo, lo que percibimos a través de los cinco sentidos. Y es que realmente las cosas externas siempre van a cambiar, nunca son estables ni eternas. Por esta razón, nuestro bienestar siempre debe de venir de adentro.
Como siempre, lo mejor es la prevención: mantener un estilo de vida saludable que incluya la salud mental y espiritual, que tantas veces descuidamos, Creemos que tener salud es solamente no tener enfermedad, pero la salud va mucho más allá: es un cuerpo sano y con energía, pero también una mente en control de sus propios pensamientos y emociones y un crecimiento espiritual constante.
Como siempre digo, lo mejor es la prevención, pero también es cierto que nunca es tarde para empezar a cambiar un hábito, y los momentos de crisis son excelentes para esto, si así lo decidimos. ¡Todo está en nuestra voluntad!
¿Cómo podemos controlar la angustia o el miedo?
1.Primero el cuerpo: aunque parezca que no tiene relación, recuerde que lo que hace la mente repercute en el cuerpo, pero al revés también sucede: ¡los cambios en su cuerpo influyen en su mente! Haga una dieta balanceada y variada, ejercicio físico (puede ser en casa), no fume, respete sus horas de sueño, en fin, ¡se trata de facilitarle las cosas a su cuerpo!
Para una revisión más extensa de cómo aumentar las defensas a través de un estilo de vida saludable, lea mi blog
"Cómo subir las defensas del organismo"
2.Sea el/la C.E.O. (director ejecutivo) de su mente: tantas veces reaccionamos con miedo o angustia ante los eventos externos, sin ni siquiera pensar en la razón por la cual reaccionamos así. Creemos que las cosas “nos hacen sentir” de cierta forma, cuando la realidad es que nada ni nadie tiene el poder de hacernos sentir de determinada manera, si nosotros mismos no se lo damos. Cuando reaccionamos en lugar de responder, le estamos cediendo el poder de nuestra mente a factores externos. Cuando respondemos en lugar de reaccionar, el control de la mente es nuestro.
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Controlar mejor los pensamientos y no dejarse llevar por el drama de la mente, es posible a través de la toma de consciencia, de vivir el presente, y de instruirse. Es importante hacer trabajo de introspección, conocer nuestros valores y lo que es importante para nosotros, y actuar en consecuencia. Tome consciencia de su diálogo interior, así notará todos esos pensamientos y “escenarios” que le están llenando de miedo. Cuando los note, solo déjelos pasar; es normal tenerlos, lo que deben evitar es que hagan nido en su mente. Pida a Dios que renueve su mente, y Él lo hará. Además recuerde,¡las emociones negativas nos bajan las defensas!
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3.¿Qué tiene que ver el crecimiento espiritual? Somos seres espirituales con una experiencia terrenal, Cuerpo, mente y espíritu están conectados íntimamente, no se pueden separar, y lo que hace uno irremediablemente afecta al otro. El espíritu es la parte de nosotros que nos conecta con el Espíritu de Dios, que para los que somos cristianos, es el Espíritu Santo. Cuando fomentamos esta conexión, reaccionamos con paz porque la fe y la esperanza son nuestro motor, nuestra esencia. Es lo que la conexión con Dios hace en nuestra mente.
Entre mayor sea la incertidumbre de la situación, más robusta debe de ser nuestra fe. Podemos fomentarla a través de la oración, la meditación en silencio como una manera de escuchar la voz del Espíritu, la alabanza, la actitud de gratitud; leyendo la Biblia y algún libro de crecimiento espiritual. ¿Qué mejor forma de pasar por una crisis que acercándonos más al Dios que nos creó y nos sostiene?
Leer un libro de crecimiento personal le puede fortalecer en períodos de
dificultad. Le recomiendo el libro
EL CAMINO HACIA SU PROPÓSITO DE VIDA,
de mi autoría, en donde abarco temas como el manejo de emociones y el crecimiento espiritual.
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