Hace algunas semanas me sorprendí a mí misma ansiosa y agobiada por todo lo que está pasando en el mundo. Había perdido mi paz, y me había alineado con la ansiedad colectiva que vive el planeta. Como que me había conectado con la energía que la mayoría de las personas tienen estos días: noté que estaba viendo noticias todo el tiempo, y estaba pasando mucho rato en redes, y allí también se refleja esa energía negativa que se siente.
Si has perdido tu paz estos días, o andás estresada o agobiada, seguro que podés ponerte en mis zapatos.
La cuestión es, ¿cómo recobrarla? ¿Cómo volver a tener paz interior cuando la has perdido? Es súper importante recuperar la paz y el equilibrio, porque andar estresado no solo es muy frustrante, sino que te puede bajar las defensas del cuerpo, y terminás enfermándote; y esto es, de hecho, una de las grandes preocupaciones de estos días.
¡Y es ilógico! Nos enfermamos por preocuparnos por enfermarnos.
Nunca dejés que nadie tenga éxito en hacerte dudar de una desición que tomaste para proteger tu paz interior.
Aquí te dejo una lista de cosas que yo hice y me ayudaron a recobrar ese estado de quietud interna. ¡Te recomiendo ponerlas en práctica!
1.Dejá de ver noticias todo el tiempo.
Sé que es importante estar informado, y podés ver noticias una vez al día si eso no te roba la paz. Otra opción es leer algún resumen de noticias. Pero pasar buscando nuevas noticias sobre el virus y sobre la situación mundial, solo te deja llena de miedo. Hay que limitar la exposición a medios, sobre todo los amarillistas.
2.Bajá la cantidad de tiempo que pasás en redes sociales.
Notá cómo te sentís cuando abrís Facebook o Instagram. Yo sé que nuestros pensamientos crean nuestra realidad incluyendo nuestras emociones, lo digo todo el tiempo. Pero así como debemos cuidar nuestra mente, debemos cuidar nuestro entorno: decidir con propósito lo que dejamos que nos llegue a través de los sentidos.
No tiene lógica estar en redes leyendo sobre tragedias si ya de por sí andás agobiada. Al estar en redes, te conectás con el estrés y los conflictos de otra gente, y recordá que muchos comparten dramas ajenos que vos terminás leyendo.
Esto no significa que no tenés que tener empatía con los demás, y ayudar a otros si está en tu corazón; pero debés de cuidarte vos primero. Porque estresada, agobiada o enferma, no podés ayudar a nadie más. Lo más recomendable es planear con anterioridad, en tu agenda, el tiempo que le vas a dedicar a las redes sociales, y fuera de ese rato ya planeado, mantenerte lejos de ellas. Esto además te va a dar más tiempo para dedicarte a otras cosas que te den paz o a hacer teletrabajo si lo estás haciendo.
3.Mantenete alejada de las personas que te roban la paz.
Vos sabés bien quienes son: los que siempre tienen algo negativo que decir, que no ven el lado bueno de nada, que critican, que se quejan y que viven con miedo todo el tiempo.
Sé que estamos viviendo una época de distanciamiento social, pero este punto es importante porque siempre se siguen dando reuniones virtuales, y además, porque esta situación actual no va a durar para siempre, y entonces esas personas tóxicas van a volver a tu vida si se los permitís.
Porque recordá que nadie te puede hacer sentir de cierta manera, si no le das permiso, a través de tus pensamientos y lo que interpretás.
Rodeate de gente que usualmente ande en paz, que no critique ni juzgue, que no usen el chisme ni la chota, con vos ni con otros.
Si la persona que te roba la paz es alguien cercano y no te podés alejar de ella, entoces es mejor poner límites saludables.
Recordá que poner límites no es decirle a otros lo que deben hacer, sino decirles lo vos vas a hacer si ellos se comportan de cierta manera; por ejemplo “no me siento cómoda participando de chismes, así que no quiero seguir hablando de este tema”, o “no aprecio que me critiqués constantemente, si no podés dejar de hacerlo, mejor no conversemos por ahora”, etc...
4.Hacé cosas que te den paz.
Esto luce diferente para cada persona, pero el reto es saber cuáles funcionan para vos. Ejemplos de esto serían: escuchar algún tipo de música, leer un buen libro, colorear, orar, meditar, bailar, tejer, estar en contacto con la naturaleza, caminar, hacer ejercicio...
Cualquier cosa que te haga permanecer en el presente, y no en el futuro imaginando cosas que muy probablemente nunca van a pasar o en el pasado agobiándote con remordimientos. Recordá que en el momento presente, todo está bien, y si todo está bien, hay paz.
5.Notá tu diálogo interior
¿Qué te estás diciendo vos misma de la situación que estás viviendo? ¿Qué preguntas te estás haciendo?
Una excelente manera de notar tus pensamientos, es escribir. Yo lo hago todo el tiempo, sobre todo si estoy sintiendo alguna emoción negativa.
Se trata solo escribir lo que venga a la mente, sin prejuicios y sin juzgarte. Luego, leer lo que escribiste es una manera súper efectiva de ver lo que está pasando en tu cabeza, y al tomar consciencia, podés cambiarlo.
Todo problema es una oportunidad para ver hacia adentro y crecer, solo hay que enfocarse en eso y no en el problema en sí. Por ejemplo, en lugar de estar preocupada por contraer el virus, enfocate en hacer todo lo que podás para subir las defendas del cuerpo. Para esto te remito a mi blog ¿Cómo subir las defensas del organismo?
6.Buscá siempre la conexión con Dios.
No hay nada que dé más paz que esto; recordá que somos seres espirituales con una experiencia terrenal temporal.
Tenemos tres partes: somos un cuerpo físico que conecta con el mundo a través de los sentidos, un alma, que está formada por nuestra mente, nuestras emociones y nuestra voluntad y un espíritu, esa parte etérea que es la que conecta con el espíritu de Dios. Para los que somos cristianos, ese espíritu de Dios es el Espíritu Santo, el poder de Dios que vive en nostros a través de creer en Jesús.
Vivir en el espíritu significa fomentar diaria y constantemente esa conexión entre nuestro espíritu y el de Dios. Pero tan a menudo nos enfocamos en las cosas del mundo, que desenfocamos la mirada hacia lo divino.
¿Cómo fomentamos la conexión? A través de la oración, la meditación, la alabanza, la lectura de la palabra, el silencio. Este es muy importante: sentarnos en silencio, estrecha esa relación con Dios, pero también con nosotros mismos; nos permite conocernos mejor.
La relación con nosotros mismos facilita poder hacer instrospección, conocernos más y crecer. Tener una relación con Dios hace crecer nuestra fe, y nos permite tener la certeza de que Él está a cargo a pesar de las circunstancias, y esto da paz.
Y por último, recordá que cuando anhelamos tener algo: una situación, una relación, un trabajo, o cuando queremos soltar algo, lo que realmente queremos es la emoción que esa situación anhelada trae consigo. Pero no hay ninguna razón por la cual no podamos tener esa emoción hoy; solo hay que vivir el presente y buscarla.
Por ejemplo, si anhelás perder peso, preguntate para qué; una respuesta podría ser para sentirte atractiva, o segura de vos misma. Entonces podés buscar en tu presente, maneras de sentirte atractiva y segura hoy, al mismo tiempo que empredés el proceso de perder peso.
No hay por qué esperar a lograr/tener_____________________ para ser feliz y tener paz interior.
Cuando vivís el día a día con paz, tenés más creatividad, y más inspiración; y esto a su vez trae más paz. No hay espacio para el agobio o el estrés.
Cuando te enfocás en crecer y hacer lo que te da paz, tampoco hay espacio para preocuparte por el qué dirán, ni para el drama de otros.
Espero que estos tips te ayuden a recuperar la tranquilidad y el equilibrio
Con todo mi cariño,
Melania
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