Tres recomendaciones imprescindibles para cuidar mejor de vos misma

Con la llegada de la pandemia, y la necesidad imperativa de quedarnos en casa, nos vimos obligados a bajar la velocidad: a hacer menos cosas no urgentes, nada de vida social, nada de hacer "mandados". Muchos están teletrabajando o teleestudiando.

 

Ante esto, la mayoría corrimos a "reinventarnos" para trabajar o estudiar desde casa,  comprar micrófonos, luces y demás accesorios para las reuniones virtuales y hasta acomodar la agenda ; o sea, que seguimos adelante con la carrera pero ahora desde la tecnología, no presencial sino virtualmente.

 

Pero ¿te has puesto a pensar si tal vez nos "pusieron en pausa" por una razón?

 

Si, a lo mejor, estábamos descuidándonos a nosotras mismas, nuestra salud y bienestar, por correr con el trabajo, el estudio, la casa, los hijos, la familia…

 

Este año es una buena oportunidad para pausar, pensar, arreglar nuestras prioridades, recordar nuestros valores, desempolvar nuestra misión o propósito, nuestros por qués...y para cuidar mejor de nosotras, de nuestra salud física, mental o espiritual, y hasta de nuestro entorno.

 

Está bien “llevarla suave” como decimos en Costa Rica, y ser más gentiles con nosotras mismas. Ya tenemos suficiente con la montaña rusa de emociones y malas noticias que hemos tenido en este año, como para que nos atropellemos y no nos dediquemos ratos de “pausa” , con el único objetivo de renovar fuerzas, crecer, ser mejores versiones de nosotras mismas. Ser más gentiles, y poder hacer ciertas cosas sin que nos llenemos de culpa: hacer una siesta, leer, sacar cosas de la lista de pendientes, o dedicar más tiempo a nuestra salud: comer mejor, hacer ejercicio, establecer rituales para dormir bien, trabajar en nuestros pensamientos y creencias, asesorarnos con un coach, o ir donde un terapeuta.. 

 

Nuestro bienestar nunca está completo sin el crecimiento espiritual, al que también debemos dedicar tiempo: orar, meditar, leer la Biblia o libros afines, todo lo que nos centre y nos devuelva la relación con nosotras mismas y con Dios.

 

Aquí te dejo tres recomendaciones para que podás cuidar mejor de vos misma en estos días: 

 

1. Tener extra-cuidado de tu mente y tu cuerpo: comer saludable y hacer ejercicio (aunque sea solo caminar), para darle al cuerpo extra dosis de antioxidantes, vitaminas y minerales(fortalecen el sistema inmune), y quitarle la carga que significa el sobrepeso o la obesidad.

Muchas personas sufren en esta época de ansiedad, estrés o depresión, por lo cual se debe procurar todo aquello que mejore este estado de ánimo: ejercicio, oración, meditación, yoga, música, contacto con la naturaleza si es posible...cualquier cosa que funcione para vos. Se trata de expresamente y con consciencia hacer todo lo que sabés que te puede ayudar a bajar los niveles de cortisol y aumentar las sustancias como serotonina y endorfinas.

Además cuidar tus pensamientos: recordá que toda emoción negativa nace de un pensamiento negativo o limitante.

 

2.Cultivar la conexión: en momentos difíciles, esto es muy importante. Buscar conectar con seres queridos (aunque sea virtual, ¡yo sé que nada sustituye un buen abrazo!), conectar con personas que te sostengan y te ayuden; conectar con vos misma, a través de la introspección, la escritura, la lectura, y haciendo cosas que te den felicidad, aunque sean detalles pequeños como encender una vela aromática.

Y por supuesto buscar la conexión con Dios, que es la más importante de todas, porque es la que te sostiene en épocas de desierto.

Si este ha sido un año duro para vos, recordá que tu carácter se forja y tu fe se fortalece en momentos difíciles, y si los pasás de la mano de Dios, saldrás de la prueba siendo más fuerte y mejor persona.

 

3.Reconectar con tu propósito de vida: sé que este año se siente como que ¡hacés el doble del esfuerzo y obtenés la mitad del resultado! Y eso es agotador emocionalmente, y el propósito, nuestro por qué ¡puede perderse de vista! Debés reconectar con él, a través de la oración, meditación, escritura, lectura, el silencio, o haciendo las preguntas correctas al único que puede contestarlas. El plan de Dios para tu vida es tu visión, tu motor, y pasar el día a día sin tenerlo claro, puede resultar muy frustrante.

 

Yo misma viví muchos años en esa búsqueda del propósito, hasta que sentí que encontré mi misión. Los libros me ayudaron mucho en ese tiempo, por eso decidí escribir uno y contar cómo fue que lo hice. Con la intención de aportar un grano de arena para tu búsqueda…

 

Con todo mi cariño,

Melania

 

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